(Relato de ficción: todos los personajes son invención de la mente calenturienta del relator sobre una idea de Francisco Rosales de Salamanca. Cualquier semejanza con personajes o situaciones reales son pura coincidencia nunca buscada de propósito.)

Mr. John Carter, notario público con despacho y sala de bodas en 660 Stanford Shopping Center,  Palo Alto, CA 94304, no pudo dejar de mirar discretamente el final de la espléndida espalda de Molly, a la sazón su secretaria que, agachada, buscaba afanosamente un expediente en el cajón más bajo del archivador situado enfrente de la mesa del notario público.

– Ya lo tengo,  los señores que están en el salón de bodas eligieron el paquete de lujo superior,  dijo Molly  en un escorzo que levantó un cierto brillo en los ojos de Mr. Carter.

El paquete de lujo superior (1) obliga a disfrazarse -asumió Mr. Carter mientras se iba poniendo los pantalones de flecos, colocándose el penacho  de plumas multicolores, sujetando el tomahawk  a su adiposa cintura y terminando  su maquillaje facial  con unas rayas blancas y rojas que le daban un aspecto de indio sioux de las viejas películas de Hollywood de los años 50.

-Mr. Carter antes de la celebración de la boda debe atender a la llamada de divorcio que tenemos pendiente, le recordó Molly.

Mr. Carter  cayó en la cuenta del asunto que le recordaba su secretaria: el requerimiento de sus funciones comenzó por una llamada telefónica a su despacho en la que una señora de voz suave y dulce y en un inglés sazonado con acento hispano le expresó su voluntad de divorciarse de su marido.

La señora de voz suave que dijo llamarse Maria Graciela Montemayor y Torrealta le instó  un divorcio telefónico. Justificó tal pretensión porque su marido Felipe Maestro Pérez vivía en España y ella en Panamá, ninguno de ellos podía desplazarse al domicilio del otro ni a Palo Alto. Le indicó también que le habían hablado muy bien de sus servicios como notario público, de su rapidez y economía.

Mr. Carter como buen notario público no tuvo ni una sola duda en atender los requerimientos de su cliente.

Así las cosas Molly  se ocupó de los detalles y precisamente justo antes de la celebración de la boda-paquete de lujo superior  tuvo lugar la conversación divorcista previa conexión en llamada múltiple con ambos esposos. No se realizó video llamada porque María Graciela dijo no desear que fuera grabada su imagen en tan penoso acontecimiento, a más de que no quería que la vieran llorar en tal trance.

Molly preparó la grabación de la conversación y le indicó a Mr. Carter que podía comenzar.

Esta prestación de consentimiento telefónico va ser grabada- advirtió el notario a la par que aflojaba un poco el penacho de plumas.

Diga cada uno su nombre  y apellidos- solicitó Mr. Carter.

Después de que cada esposo se identificase prosiguió el notario público resumiendo el acuerdo de divorcio de la siguiente forma:

-El acuerdo consiste en que todos los bienes sitos en Panamá tanto muebles como inmuebles, dinero en efectivo y cuentas bancarias queda en propiedad de M. María Graciela Montemayor y Torrealta y todos los bienes sitos en España tanto muebles como inmuebles, dinero en efectivo y cuentas bancarias quedan en propiedad del esposo Mr. Felipe Maestro Pérez. Ningún cónyuge tendrá que pasar pensión compensatoria alguna al otro- dijo Mr. Carter.

-A continuación les pediré que manifiesten su conformidad con el divorcio,- siguió Mr. Carter.

– M. María Graciela Montemayor y Torrealta ¿consiente en divorciarse  y se divorcia de Felipe Maestro Pérez ?

– Sí, me divorcio, enunció con una voz lastimera.

-Mr. Felipe Maestro Pérez  ¿consiente en divorciarse  y se divorcia de María Graciela Montemayor y Torrealta?

-Sí, sí, sí siga así, contestó de forma entusiasta.

Finalmente- siguió diciendo Mr. Carter aprueban y consienten el convenio de divorcio enunciado supra( le gustaba presumir de cultura europea)

Sí, -dijo Maria Graciela

¡Mmmmmm oh sí, sí… Síiiiii- dijo Felipe.

A Mr. Carter le pareció en principio que el esposo dudaba pero como  los síes fueron rotundos especialmente el último siguió adelante con su sacra función notarial.

Con un tono solemne, afirmando los tonos graves de su voz y colocando el tomahawk más a la izquierda pues se le estaba clavando allí donde reside la inteligencia del género masculino, declaró:

“Una vez mostrada  su voluntad inequívoca de divorciarse yo, notario público por la autoridad que me confiere el Estado de California, declaro divorciado el matrimonio celebrado el 19 de diciembre de 2015 entre M. María Graciela Montemayor y Torrealta y Mr. Felipe Maestro Pérez. Declaro igualmente aprobado y ejecutivo el convenio de divorcio en los términos expuestos.

Tras esta solemne declaración Mr. Carter acudió solícito a la celebración de la boda-paquete de lujo superior.

***

Los rayos del sol poniente reflejados en el mar inmenso tiñeron de luz anaranjada el rostro pleno de botox de María Graciela que tumbada en la cubierta del tercer piso de su yate “Alegría de los mares” recordaba sonriente el día en  que su  ex esposo le pidió grabar una de las múltiples  sesiones erótico-festivas que solían celebrar con otros entusiastas de los disfraces de cuero, fustas y tacones de aguja. Habían empezado, como mandaban las estrictas y prefijadas reglas de estas relaciones, por grabar su contrato verbal para la sesión.

Se especificó la palabra clave que pronunciada por ella suspendería inmediatamente la sesión y continuaron con los juegos pertinentes hasta arrancar varios síes de su ex esposo, especialmente ese  síiii final.

***

Mientras su ex esposa disfrutaba del yate  y de la compañía del  jovencito, experto en manipular archivos informáticos de video y de audio, que había conquistado el corazón de María Gabriela, Felipe no pudo menos que recordar con profunda tristeza la enorme cantidad que tenía que pagar a la Hacienda Española por todo el dinero que se había llevado a Panamá y que ahora por  el ágil y excelente sistema jurídico anglosajón disfrutaba su ex esposa.

Sin embargo aún le electrizaban aquellas palabras que le susurraba sesión tras sesión María Gabriela: “papito querido, haré lo que Vd. quiera. Usted es  mi Amo y Señor”.

***

(1) Paquete de lujo superior: Trato preferente y personalizado, elección vestimenta del celebrante, sesión de video, 400 fotos a color en álbum símil cuero de vacuno, dos noches en la suite presidencial del hotel The Fairmont San Jose, pack de juguetes sexuales variados,  bono de 50% de descuento en caso de divorcio en el año siguiente a la boda, marco conmemorativo en imitación metacrilato  retroiluminado con foto gigante de los contrayentes (valor US $ 299).

 

© Daniel Cendojez. Puertollano 11/07/2016

@DanielCendojez

La primera entrega de las andanzas del public notary Mr John Carter, la podéis encontrar aquí.

NOTA DE FRANCISCO ROSALES.- Me parece que este relato es perfecto para unas merecidas vacaciones blogueras en Agosto, así que seré breve (por una vez) y simplemente os deseo unas buenas vacaciones.

Nos vemos en Septiembre.