Hace tiempo que leí un post sobre de Susana González Ruisánchez en el que hablaba de la gamificación del derecho, y explicaba las posibilidades de usar el juego como técnica de marketing, lo cual no es nada nuevo, pero si el que planteara aplicarlo al mundo del derecho.

Mucho me sorprendió la idea, y decidí investigar un poco más sobre el tema, por lo que me encontré con este otro post de Jordi Estalella.

No es con ánimo de crítica, sino de enriquecimiento por lo que escribo este post sobre la gamificación del derecho, y que he querido titular la gamificación de la hipoteca, pues el juego no sólo puede ser usado como técnica de venta, pues su función más primitiva es la de ser una herramienta de aprendizaje, lo cual nos ofrece dos posibilidades:

  1. Usar el juego para dar a conocer las normas.
  2. Usar el juego para mejorar la capacidad y el consentimiento.

 

¿Y por qué no servirnos de la tecnología para ello? ¿por qué no hacer videojuegos o juegos on line sobre cuestiones jurídicas?

¿Qué es la gamificación?

Game significa juego, y la idea no puede ser ni más sencilla ni más profunda al mismo tiempo.

Significa aprender jugando.

En este artículo de Santiago Moll empecéis a entender que tras una palabra bastante fea, hay ideas y fines muy brillantes.

En este vídeo entenderéis algo mejor qué es eso de la gamificación:

¿Por qué no hacer del derecho un juego?

¿Por qué no aprovechar las ventajas que ofrece el mundo digital y explicar el derecho con un juego que pueda ser usado en un dispositivo digital (sea smartphone, tablet, u ordenador)?

¿Por qué no comprobar con un juego si quien celebra un contrato está en condiciones de hacerlo, o si entiende lo que está haciendo?.

¿Qué es la gamificación jurídica?

Hacer del derecho un juego, y a mi modo de ver eso puede ser con tres finalidades:

  • Como técnica de venta de productos jurídicos y de fidelización de los clientes de un despacho que presta servicios jurídicos.
  • Como técnica de aprendizaje jurídico (bien sea para los estudiantes, bien para personas que quieran entender algún tema jurídico, o que necesiten resolver un problema jurídico).
  • Como herramienta tecnológica útil para comprobar la capacidad y el consentimiento.

 

¿Cual es la diferencia entre aprender y entender? jugando, puede conseguirse que el estudiante de derecho conozca mejor las normas, pero también puede lograrse que el ciudadano que no conoce las leyes, las entienda (y por tanto las cumpla y se aproveche de las ventajas de la ley, evitando sus inconvenientes).

¿Hacer del derecho un juego?

¿Por qué no?

Nada más serio y triste que una guerra, y sin embargo nadie se escandaliza porque los niños jueguen a la guerra; tampoco creo que nadie aplauda un delito, y los niños juegan a policías y ladrones.

Un juego hay que verlo con lo ojos de un niño, y los ojos de un niño no miran con maldad; los que son malos son los adultos que analizan esos juego.

El que algo sea muy serio, no quiere decir que haya de afrontarse con cara de circunstancias, sino que hay que resolverlo, y resolverlo adecuadamente.

El que el estudiante de derecho conozca las leyes, supondrá jueces que decidirán el día de mañana sobre el futuro de ciudadanos, abogados que los defiendan mejor o peor, notarios que les resolverán bien o mal sus problemas etc.

Pero es que el que ciudadano de a pie entienda las leyes, le permitirá tomar la decisión correcta antes de hacer algo; y si bien es cierto:

  1. Que la ignorancia de la ley no excusa su cumplimiento (artículo 6 del Código Civil), nadie niega que es muy desagradable verse sancionado o perjudicado por ese desconocimiento.
  2. Que el error la violencia y el dolo para que vicien el consentimiento han de ser graves (art 1266 Código Civil) sin embargo el problema es determinar qué es grave o no, y todos estamos de acuerdo en que es mejor evitar que esto suceda.

 

¿Jugar con el derecho?

Entiendo que jugando con el derecho, aprendemos a conocer y cumplir las normas

Jugar para conocer las normas

¿Por qué no usar el juego para conocer las normas jurídicas? ¿Por qué si los niños aprenden la tabla del dos cantando, no se estudia el Castán jugando?

Lanzo el reto a la comunidad docente, pues la alternativa es ver la lamentable situación de algunas facultades, con extremos como el de un grupo de estudiantes de Londres que plantean que se dejen de estudiar a filósofos blancos como Platón Kant o Descartes.

Lo cierto es que ya en la educación primaria y secundaria se habla de gamificación ¿por qué no en la universitaria?

Jugar para cumplir normas

Hablando del tema en twiter una empleada de notaría (@topmare) ponía un ejemplo de cómo jugando puede hacerse cumplir una norma jurídica.

En este caso y con un juego se consigue que, una norma jurídica conocida y no respetada, se respete y se evitan dos consecuencias no deseadas: o un accidente o una sanción por infracción de la norma.

¿Y qué tiene que ver el juego con la hipoteca?

El planteamiento es simple.

El juego supone realzar una serie de actos para obtener un premio ¿y si el premio fuera firmar la escritura que tu quieres firmar?

Supongo que algo os habrá removido al leer que un Notario dice que firmar una escritura es un premio, y lo cierto es que no lo es, pues lo que es un premio es realizar el contrato que contiene la escritura.

Dicho de otra manera, si tu pides un préstamo, el firmar o no una escritura es lo de menos, sin embargo obtener el préstamo, implica poder comprar lo que tu quieres, pero también asumir las consecuencias de lo que haces, y devolver el dinero en las condiciones pactadas.

¿Conoces las ventajas e inconvenientes del préstamo y la hipoteca que firma? ¿sabes distinguir el préstamo de la hipoteca?

¿Y si con un juego entiendes las ventajas y los inconvenientes del préstamo? ¿será tu consentimiento más fundamentado? ¿pedirás lo que verdaderamente necesitas y lo que realmente puedes devolver?.

Conocida es la sentencia de 9 de mayo de 2013, que frente a lo que muchos dicen, no declara abusivas las cláusulas suelo, sino que declara abusivas sólo aquellas que no sean transparentes.

Ante esta sentencia reacciona el gobierno y en el artículo 6 de la ley 1/2013, impone la obligación de redactar un manuscrito en el que el prestatario exprese que ha sido informado de que su préstamo tiene una cláusula suelo.

¿Y si en vez de realizar el manuscrito se hiciera un videojuego, que sólo puede superarse entendiendo, no ya la cláusula suelo, sino las diversas cláusulas que tiene la hipoteca?

Conocida es la existencia de despachos de abogados que obtienen importantes beneficios a cuenta de las costas de los procedimientos por cláusulas suelo (recordemos que estas cláusulas no son ilegales, sino que sólo se anulan aquellas cuya contratación no haya sido transparente)

Frente a ello la reciente sentencia de 9 de Marzo de 2017 ha declarado la validez de una cláusula suelo que consideraba suficientemente transparente.

Pregunto a la banca…¿No compensa más invertir en un juego que en costas judiciales (obviamente entiendo necesario que dicho juego cuente con firma electrónica y se acredite debidamente la prueba).

¿Y el juego sólo sirve para hipotecas?

Obviamente no sólo hipotecas se firman en las Notarías, también se firman compras o herencias, o testamentos, o poderes, y no veo inconveniente alguno en el desarrollo de juegos que permitan entender la naturaleza del negocio que va a firmarse.

 

Sin embargo, no sólo veo el juego como herramienta que ayuda al ciudadano a la hora de realizar ciertos actos, sino como herramienta para el Notario.

Los Notarios tenemos que juzgar la capacidad de las personas, y no veo inconveniente alguno en desarrollar herramientas que permitan apreciar esa capacidad, y facilitar nuestro trabajo.

Una herramienta que permite apreciar la capacidad es la firma electrónica biométrica.

Nunca he defendido una firma electrónica exclusivamente biométrica, pues si se hackean los datos es imposible de cambiar.

Sin embargo no deja de ser evidente que la biometría puede revelar datos sobre la capacidad o estado de la persona, y que estos datos pueden ayudar a facilitar el juicio de capacidad.

Otra herramienta que permite apreciar la capacidad es el juego.

Es curioso, pero muchas veces cuando tengo que comprobar la capacidad de una persona mayor, suelo hacer una serie de preguntas sencillas (¿cómo te llamas? ¿donde estas? ¿en qué año vivimos? ¿cuantos hijos tienes?).

Entre esas preguntas está una que sorprende a muchos pero que conseguí en un test médico, y es sencilla: Si tienes treinta pesetas y me das tres ¿cuantas me quedan?.

Es sorprendente, pero hay muchas personas que responden más fácilmente a esta pregunta que a las primeras.

Lanzo desde estas líneas a los órganos del Notariado, el guante y el reto de invertir, investigar e innovar en estos temas, en otro caso y con vuestra ayuda quizás no me quede otra que hacerlo por mi mismo: