Conviene empezar aclarando que el secreto no es incompatible con la democracia; es más que es uno de sus pilares esenciales, y que en la actual sociedad digital resulta cada vez más indispensable ese secreto.

La democracia implica transparencia en la gestión de lo público, pero un respeto absoluto a la privacidad del ciudadano.

¿Y a cuento de qué viene esto?

Pues de una discusión que hace unos días mantuve con dos Registradores de la Propiedad por twitter, y en la que el planteamiento de dichos señores se resume en estos  tweets.

La democracia es lo q tiene ¡también se puede defender la vuelta a la caverna!… la reinstauración del secreto, la aristocracia y cosas peores

La caverna de lo contrario al Registro público

No me voy a molestar en responder como se merecen a esos tweets, pues muchos entenderían que estamos ante la eterna guerra entre Notarios y Registradores.

Si voy a defender la necesidad de protección del ciudadano, y que no estamos ante un debate que le sea ajeno, pues la constante exposición de su intimidad, puede afectarle seriamente.

Es propio de la democracia presumir la buena fe del ciudadano, y propio de un régimen totalitario el exigirle cuentas de todo, buscando su mala fe (entendiendo por mala fe, la falta de lealtad al sistema establecido).

No se si sabéis que los embajadores y cónsules de España, son Notarios en el extranjero, y que en esa horrorosa época un Notario español fue un héroe (cierto es que saltándose excepcionalmente el Reglamento Notarial).

No obstante algunos hoy claman por la luz y taquígrafos, y por la publicidad de la vida privada del ciudadano, porque al amparo del secreto se pueden cometer fraudes.

De negar la existencia del fraude, a considerar fraudulento todo lo que no sea accesible al público media un mundo.

Es el mundo en el que un demócrata acepta a quien no piensa como él; y un tirano simplemente aniquila no ya a quien no piensa como el, sino al que no le rinde la suficiente pleitesía.

El debate entre libertad o seguridad es un debate siempre abierto, pero en el que los totalitaristas (dicho de otra forma los fascistas) buscan mil y una brechas en las que poder colar su discurso.

Os parecerá un debate estéril, pero el que cualquiera pueda acceder a vuestros datos personales, es algo sobre lo que probablemente la Gestapo, o la Stasi (porque en ese sentido se igualan derechas e izquierdas) podrían dar fantásticos cursillos.

Hay una cosa fundamental para un sistema democrático, que se llama libertad, y otra igual de importante que se llama igualdad.

El que sepan tus datos personales, no te hace más libre ni más igual, sino que supone exponer tus debilidades y por tanto implica que tomes decisiones más en función de lo que te pueda pasar que en función de lo que creas oportuno.

Como Notario, he vivido en numerosas ocasiones pequeñas grandes historias que prueban lo indicado:

  • Personas mayores que vienen a hacer testamento acompañadas de un familiar, y al poco vuelven a cambiarlo acompañadas de otro familiar (¿a que no os sorprende quien era el heredero en cada caso?)
  • Cónyuges que tras hacer testamento, me piden cita reservadamente para cambiarlo (bien porque quieren favorecer o desfavorecer a algún hijo, e incluso reconocer hijos desconocidos por su pareja)
  • Personas influyentes, completamente honestas que quieren constituir una sociedad o adquirir un bien, pero que saben que sufrirían un grave daño reputacional en su entorno o en la sociedad, de ser conocidas sus propiedades lícitamente adquiridas, o actividades lícitamente desarrolladas.
  • Empresarios temerosos de ser embargados por el mero hecho de tener mala fortuna en sus empresas.
  • Divorciados ahogados por pensiones que no les dejan el mínimo para vivir dignamente.
  • Personas de pueblo a las que les da vergüenza que se sepa que han pedido dinero prestado en el banco, y que arrastran ese viejo concepto hispano de la hidalguía.
  • Personas discapacitadas que ni puedes desplazarse para votar en las elecciones y que necesitan guardar secreto de su voto cuando dan un poder para poder votar por correo.

 

¿Qué sucede con la privacidad ciudadana en el mundo digital?

No voy a negar que existen los crakers (a los que muchos confunden con hackers) pero junto a ellos hay tres categorías especiales:

  1. Nosotros mismos (por ejemplo no teniendo un antivirus, o abriendo indiscriminadamente cualquier mail que nos llega)
  2. Las personas más cercanas a nosotros que tratan de vigilarnos (conocidas son las parejas que vigilan el whatapp del otro o las empresa que vigilan los ordenadores de los empleados)
  3. El estado, que con la excusa de hacienda en el fondo trata de controlar al ciudadano

 

Junto a estos cuatro elementos, sobradamente conocidos, hoy surge lo que se llama Big Data, o gestión informática de grandes bases de datos, y que pueden suponer una gravísima violación de la privacidad del ciudadano.

Hoy en día  ese big data es manejado por empresas particulares, que bien bebiendo de sus propias fuentes (como la banca al ver los movimientos de cuentas y tarjetas de crédito, o Facebook y Google mirando nuestras actuaciones digitales) o bebiendo de fuentes ajenas (supongo que pocos conocéis Pastebin)

  • Obtienen pingues beneficios
  • Usan técnicas de neuromárketing para dirigir nuestro consumo

 

¿Y qué tiene que ver la democracia con Notarios ?

Pues más de lo que parece, pues: mientras los Notarios con el secreto del protocolo, protegemos la privacidad del ciudadano, el Registro de la Propiedad, con su publicidad rompe esa privacidad.

En el fondo nada es blanco o negro, y la belleza del mundo del derecho es la variada gama de grises existente.

El sistema español actual está basado en algo que me parece fundamental, y es la libertad del ciudadano de decidir si quiere o no hacer públicos sus datos, pero protegiendo la legítima decisión de quien, por los motivos que sea, prefiere ser discreto y no revelar a terceros esos datos.

De hecho el sistema es tan protector que te protege incluso sin necesidad de acudir al Notario, pues salvo contadas excepciones el documento privado es tan válido y eficaz como el público (simplemente tiene menos protección).

El acudir a Notario te ofrece una serie de ventajas que he repetido en este post (asesoramiento jurídico gratuito, prueba, fecha fehaciente, garantía de legalidad, efectos ejecutivos en caso de incumplimiento etc)

Sin embargo y a los efectos de la protección de la privacidad es importante recalcar el secreto del protocolo del que hablo en este post y que implica:

  1. Que sólo las partes o quien tenga interés legítimo pueden acceder al contenido de una escritura (arts Artículo 274 Reglamento Notarial)
  2. Que el Notario que rompa ese secreto de protocolo comete un delito de revelación de secretos (Artículo 198 Código Penal)

 

El Notario te protege de ti mismo

Dicen que si todos los españoles hablaran de lo que verdaderamente saben, se produciría un gran silencio.

Entre las funciones del notario está la de asesorarte gratuitamente de las consecuencias de lo que estas firmando.

Eso si:

  1. Una cosa es decirte qué haces y otra que debes hacer o que te convierte (pues recuerda que el Notario ha de ser imparcial)
  2. Nadie puede asesorarte sobre lo que no sabes si no hablas con el Notario y le preguntas.
  3. El asesoramiento es sólo respecto a la escritura que vas a firmar con ese Notario.

 

El Notario te protege de los más cercanos

Nada impide que puedas venir acompañado a la Notaría por aquellas personas que te inspiren más confianza, pero recuerda el dicho ….»Si quieres que se sepa un secreto, cuéntaselo a tu mejor amigo».

El secreto del protocolo hace que tu, y sólo tu seas el responsable de tus datos.

Por supuesto, que en ocasiones es conveniente darlos a conocer, y darle publicidad a esos datos en el Registro de la Propiedad o Mercantil.

Pero no siempre eso es recomendable, y desde luego ¿quién mejor que tu para valorar esos extremos y tomar la decisión más acertada para tus intereses?.

El Notario te protege del Estado

Vivimos en sociedad, y aunque seamos libres, tenemos obligaciones.

El Notario protege la privacidad de tus datos, pero como funcionario público colabora con la administración y especialmente con la hacienda pública.

Por cauces digitales seguros, cada quince días, el notario informa a las distintas haciendas públicas de las operaciones que ha autorizado que tienen trascendencia tributaria, con el fin de que hacienda pueda comprobar si el ciudadano ha cumplido con sus obligaciones fiscales.

A nadie se le escapa que del secreto se puede abusar, pero tampoco os digo que ya en el año 2005 el Notariado creo el Órgano Centralizado de Prevención contra el Blanqueo de Capitales, y que tras más de una noticia que ha salido en prensa, hay una denuncia por parte de un Notario que ha detectado indicios.

Llamo desde aqui a los representantes del Notariado, a la responsabilidad en la lucha contra el blanqueo de capitales, pues muy preocupante son algunas actuaciones que no es este el lugar indicado para comentar.

¿Es mejorable el sistema?

Por supuesto que si, pero la base principal de la defensa de la privacidad del ciudadano está correctamente formulada.

Ello no es obstáculo para que una y otra vez insista en dos ideas que creo prioritarias:

  1. Hay que denunciar la actuación de quienes tratan de alegar que hay que dar publicidad a los datos de los ciudadanos (especialmente a través del Registro Civil y del Registro Mercantil) máxime cuando tras ello lo único que hay es la intención de esos señores de incrementar sus ya de por si amplios ingresos.
  2. Toda la actuación digital del Notariado, ha de conjugar sabiamente, el debido deber de lealtad con el Estado, con la necesidad de protección de la privacidad del ciudadano (en este enlace podéis ver la preocupación que sobre el tema tenía mi compañero Isidoro Lora en el año 2008 -cuando aún nadie hablaba de big data-).

 

He hablado tanto de blockchain en este blog, que me veo como uno de los muchos vendehumos que tanto pululan por el tema, más si creo firmemente que una blockchain notarial en la que se suban resúmenes de los documentos autorizados o depositados ante notario, puede aportar mucho a la sociedad actual, en la que hay peligrosos intentos de creación de blockchains que no son sino meras bases de datos compartidas por empresas potentes.