Siempre he dicho que soy notario de pueblo, y que eso te da el privilegio de vivir la vida de una forma diferente a como la viven los urbanistas.

Creo que todos conocéis la famosa canción de No me pises que llevo chanclas, maestros del agropop y naturales de Los Palacios y Villafranca que reflejan muy bien cómo se identifica a la gente en los pueblos.

Más de seis años trabajé en Alcalá de Guadaíra, y supongo que a estas alturas soy un alcalareño más, pues aún sigo viviendo ahí.

Bromeo diciendo que mi barrio, que es el de el campo de las beatas y que está en la otra margen del río Guadaíra, debería de pedir la independencia, para evitar los «abusos» del centralismo municipal.

Obviamente, no deja de ser una broma fruto de, piques con amigos, y que surgió al enterarme que en mi barrio hay una hermandad que en un par de Semanas Santas, será oficialmente constituida, así como una cabalgata de reyes magos fantástica.

Hoy comparto una historia más que cotidiana, pero que sin embargo, me ha hecho ver lo feliz que vivo en Alcalá de Guadaíra.

Todo empieza con los sueños de un opositor a notarías, que tras unos temas y horas de estudio, se imaginaba vestido de chaqueta y corbata entrando en el casino del pueblo y viendo que el camarero le decía …

Don Francisco …¿lo de siempre?

Los años y los sueños pasan, descubres que el día a día de la profesión de notario, tiene un mucho de monótono, y un mucho de estrés y responsabilidad.

Ya he explicado en otro post que me da igual cómo me traten, pues lo verdaderamente importante es cómo me consideran.

Todo arranca un sábado en el que le tocaba trabajar a mi mujer, por lo que estaba solo y decidí aprovechar para ir a Alcalá (porque los del Campo de las Beatas no bajamos al centro, sino que vamos a Alcalá) a arreglar la wifi de casa.

Eran las nueve y media, y la tienda abre a las diez, por lo que paré en la Taberna de Mario, que es donde todas las mañanas tomaba café y de vez en cuando una tostada, para desayunar.

Iba con mi vaquero, y entré algo concentrado en el móvil, mirando las últimas novedades de twitter, mientras soltaba un buenos días genérico.

Sin darme cuenta Mario me había puesto un café expreso con crema de leche y sacarina, así como un bollito de pringá que quita el sentido.

Me di cuenta que no había tenido que pedir nada.

Mario sabe qué es lo que me gusta, y se anticipó a mis deseos.

Me di cuenta de que twitter no sirve para nada, así que como buen sevillista empecé a meterme con su equipo, y empezamos una de nuestras eternas peleas a cuenta del fútbol, que acabó degenerando en un profundo debate sobre los distintos tipos de chicharrones.

Llego a la tienda del primo, porque la tienda de informática a la que voy, no es app store, sino la tienda del primo, o como mucho «Robe».

«Robe» no es primo de Santi (que era uno de mis empleados cuando trabajaba en Alcalá) pero los suegros de «Robe» y los padres de Santi, son amigos de toda la vida, y de hecho la suegra de «Robe» es la «tita».

«Robe» no es precisamente un fan de «Apple» por lo que siempre aprovechamos para chincharnos mutuamente, aunque siempre aprendo, y así gracias a los piques con él, ahora en mis actas de whatsapp no sólo miro la IMEI del teléfono, sino también la del software.

En estas entra la suegra de «Robe» y le hago un gesto dándole a entender que mejor que atendiera al cliente, a lo que él me responde

Es mi suegra tranquilo

Se gira a la suegra y le pregunta

¿Sabe Ud quien es?

Claro…..este es el del Santi….¿no?

Está claro, no soy el Notario, ni Don Francisco, ni leches….soy «El del Santi».

Siento deciros que en ese momento paladeé con placer mi trabajo, y para nada entendí que me faltaran el respeto, sino que me trataban como uno más de mi pueblo y como uno más de su familia.

  • Lo de que el Campo de las Beatas merece la independencia, es fruto de una reunión con Carlos.
  • Lo de que mi hermandad no va a ir a la Plazuela sino hasta Santiago (como mucho) es fruto de algunas cervezas con Antonio.
  • El por qué me gusta la pringa lo sabe Mario (por no hablar del debate sobre si la mejor pringa es en Baltanás, Mario, Yenaz o Florida).
  • Cómo me gusta el café los sabe Rafa.
  • El primo es el culpable de un Nas que permite el depósito notarial de archivos electrónicos en mi despacho, y en parte es culpable de la conocida como #Pacochain.
  • Las más mínimas normas de la decencia me impiden deciros que comparten los del grupo de whatsapp de los que paramos por La Florida.
  • Sandra y José María son dos abogados con los que he compartido más de una intimidad, y que han trabajado gratis por ayudar a un amigo notario en un momento serio de dificultad (y aún no les he pagado la comilona que les debo)
  • Recuerdo cuando Vero, la policía, me pedía ayuda para encontrar un Notario en otro pueblo porque su abuelo se moría y tenía un problema serio.
  • Me he apuntado al grupo de Facebook de Antonio porque ha abierto una tienda de libros y vinos, en la que todos los jueves se montan unas reuniones interesantes (espero que tanto como las del espacio de coworking que tenía cuando llegué).
  • Pepe y Paco están enfadados conmigo, porque me ha salido un espolón en el pié, y además fumo demasiado, por lo que no me pego con ellos esas fantásticas caminatas que nos pegábamos por las riberas del río a las siete de la mañana los sábados.

 

En fin, es mi pueblo, ahí vivo, tras algunos de los nombres que os cito hay personas con más cargo e importancia de la que os imagináis, y tras otros gente normal, en todo caso, vecinos y amigos, que tras siete años viviendo aquí simplemente me han hecho sentir uno más.

La verdad es que estoy encantado en mi nuevo destino, pero confieso que ha sido un lujo ser notario de mi pueblo.